martes, 30 de octubre de 2012

¿Por qué [no] hacemos lo que [no] hacemos dentro del aula (y fuera de ella)?

En la película “La Educación Prohibida”, el educador Ginés Del Castillo nos invita a hacernos una pregunta que, aunque la plantea en un sentido más generalista, puede servirnos para seguir repensando nuestras prácticas docentes.

Ginés Del Castillo, fundador de la Escuela “La Cecilia”, propone preguntarnos: “Si no estuviéramos haciendo las cosas como las venimos haciendo, ¿Cómo las haríamos hoy?”. En realidad hace referencia a la Educación en general. Si las aulas no fueran (o no tuvieran que ser necesariamente) como son y pudiéramos “diseñarlas”, ¿cómo las haríamos? Si las evaluaciones y las acreditaciones no fueran (o no tuvieran que ser necesariamente) como son y pudiéramos “diseñarlas”, ¿cómo las haríamos? Así podríamos preguntarnos por cada aspecto de la Educación actual pero la idea de este texto es hacer algo más “terrenal”, algo más concreto, algo más real y preguntarnos lo mismo para nuestra materia, para nuestras estrategias de enseñanza, para nuestras evaluaciones.

Hay una gran cantidad de aspectos de nuestra tarea docente que se hacen de una determinada manera sólo porque “siempre se hicieron así”. La propuesta es que nos tomemos un tiempo de reflexión, si es posible grupal (e idealmente, con participación de quienes “toman las decisiones”) para empezar a responder a esta pregunta: si en nuestras respectivas materias no tuviéramos que hacer las cosas como las venimos haciendo, ¿cómo las haríamos? Es un ejercicio de una libertad absoluta, se trata de “jugar” a que podemos cambiar todo lo que actualmente hacemos con la única condición de que sea fundamentado, consensuado, repensado y decidido con el objetivo de facilitar los aprendizajes (cada vez más significativos) en nuestr@s estudiantes (cada vez más autónomos). No se trata de criticar lo que estamos haciendo, ni de defenderlo ni de atacarlo, porque eso presupondría la aceptación de que se hace así por algo y que sólo podemos modificarlo, retocarlo, “maquillarlo”. La idea es, con lo que sabemos por nuestras experiencias y nuestras trayectorias, imaginar cómo haríamos las cosas si nunca se hubieran hecho, si fuera la primera vez que se hacen, si pudiéramos diseñar todo desde cero.

Para cerrar, les dejamos una anécdota que Edith Litwin relata en su libro “El oficio de enseñar”, libro que recomendamos fuertemente a pesar de tener una crítica al título, que podemos profundizar en otro momento (ya que nos parece más interesante pensar en “la profesión de facilitar los aprendizajes” que en “el oficio de enseñar”). La admirada y recordada Edith Litwin escribe así:

“Un relato de Tishman, Perkins y Jay en su libro “Un aula para pensar” (1997) reconstruye una narración de Ellen Langer en la que cuenta la historia de una madre que le enseña a su hija a cocinar carne a la cacerola. Una de las indicaciones que le da es que debe cortar la punta del trozo de carne antes de ponerla en la cacerola. Ante la pregunta de la niña respecto de las razones del corte, la madre manifiesta su ignorancia y propone consultar a la abuela, que era quien le había enseñando la receta. La abuela tampoco conoce las razones, y acompaña a su hija y a su nieta a consultar a la bisabuela. Finalmente, la anciana responde, ante la sorpresa de sus acompañantes, que el motivo por el que corta la punta es que utiliza una cacerola pequeña”.

4 comentarios:

  1. muy interesante, lo recomiendo...
    se que debería poner alguna frase reflexiva o algún intento de respuesta pero no se me ocurre nada, siento que es un tema demasiado subjetivo y que en general todos maso menos pensarían algo parecido a la realidad, solo cambiarían algunos aspectos, supongo que algunos intentarían pensarlo y admitirían que es un tema superior a ellos y que no saben (mi caso, tal vez porque soy muy joven). Otros se cuestionarían todo desde el comienzo... creo que esa forma de aprender que propondrían estaría relacionada con las formas (que no tienen que ver con el colegio) que le enseñaron anteriormente o están relacionadas con ellas.

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  2. Francisco; es muy interesante lo que planteás...
    Primero está bueno que supongas que ante esta propuesta puede haber reacciones muy diversas y que una de ellas sería el dejar todo como está... Por suerte hay otras...
    Me interesa eso que decís sobre una forma de aprender "más relacionada con las formas", que no tienen tanto que ver con el colegio... ¿podrás profundizar esa idea? ¿Te animás a escribir algo? ¿Cómo sería esa forma de aprender?

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  3. Pablo creo también en lo que supiste ver del comentario de Francisco.Son las formas que cambian y somos nosotros docentes los que las podríamos descubrir y acompañar para ello hay que estar, estar, Estar.. Y así atentos saber ver sin filtros ,prejuicios o cómodas recetas repetidas.Más hoy en día donde en este momento digo algo que podría cambiar o superarse dentro de un rato.
    Para mi las formas son las formas de ser que se generan por el entorno.¿o será una definición?que justamente no quisiera incorporar en este espacio.

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  4. María Elena;
    Gracias por el aporte... Coincido con eso de acompañar, estar, estar y estar... También me gustó lo de pensar el entorno, el espacio, el lugar o los entornos, los espacios y los lugares... Por si no viste la invitación, te dejo este link (http://asifuimosaprendiendo.blogspot.com.ar/2012/09/los-nuevos-porque-de-este-blog-y-una.html) que tal vez te interese...
    Saludos!!!

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