martes, 2 de julio de 2013

Primer Congreso Internacional de Educación: entre la dimensión ético-ideológica de la docencia y la manera de construir al otro (Primera Parte)

Los días 20, 21 y 22 de Junio se llevó a cabo en la ciudad de San Juan el Primer Congreso Internacional (Segundo Congreso Nacional) de Educación “Estrategias frente al Cambio”, con los auspicios (entre otros) del Ministerio de Educación de la Nación, la Secretaría de Cultura de la Nación, la Organización de Estados Iberoamericanos, la UNESCO, diversas Universidades Nacionales e internacionales y las embajadas y consulados de diferentes países en Argentina. Con la presencia de más de 13000 docentes acreditad@s, se trata del encuentro sobre Educación más grande de América Latina y del único que abarca todos los niveles educativos (desde el nivel inicial hasta el superior) y casi todos los enfoques de análisis sobre la Educación (desde la educación informal hasta la educación especial).

A priori la idea del Congreso, las actividades propuestas y la presentación de conferencistas de la talla de Carlos Skliar, Inés Dussel, Carlos Cullen, Ruth Harf o Emilio Tenti Fanfani, nos permitían imaginar un escenario fértil para la (trans)formación individual y colectiva, sobre la que tanto insistimos desde este (intento de) espacio de comunicación.

El objetivo de esta entrada (en dos partes para que no sea tan larga) es contarles algunas ideas (por supuesto sesgadas y recortadas según nuestros intereses, nuestra trayectoria y nuestros posicionamientos) sobre las que se reflexionó en (por razones obvias) sólo algunas de las muchas actividades (conferencias, mesas debate, ponencias, posters, talleres, etc…) que ocurrían simultáneamente en siete espacios (entre el Estadio Aldo Cantoni, el Centro de Convenciones y el Auditorio Juan Victoria) durante casi doce horas cada día.

Claro que no todas son rozas y la organización dejó mucho que desear, desde las dificultades con las inscripciones virtuales y los pagos, hasta los atrasos desmedidos en los tiempos de las presentaciones (“irresponsabilidad” compartida con algún@s oradores), pasando por los cambios de último momento en el programa o por la imposibilidad de acreditarse en el momento y lugar indicado por “no haber llegado a tiempo las tarjetas con los códigos de barra”. La “desorganización” del Congreso (vergüenza tanto para  “locales” como para invitad@s extranjer@s) estuvo a cargo del autodenominado “Grupo Congreso”, que demostró una total incapacidad para coordinar un evento internacional de estas características. Son entendibles las complicaciones que representa organizar un evento de tal magnitud pero, sin exagerar, el descontento general (y justificado) fue demasiado.

Respecto a las presentaciones lo primero que aparece como reflexión es la alegría de saber que hay mucha gente haciendo muchas cosas. Por supuesto, algunas mejores y otras peores, algunas con mayor rigor científico y otras con menor rigor científico, algunas planteadas desde posicionamientos que un@ comparte más y otras planteadas desde posicionamientos que un@ comparte menos. Pero es grato saber que son much@s l@s docentes (por supuesto no tod@s los asistentes al Congreso ni mucho menos) que están reflexionando e investigando sobre su prácticas.

También es interesante romper un poco con esa lógica de docentes que nos juntamos en Congresos de Educación a reflexionar sobre “lo mal que está la Educación”. En la mayoría de los Congresos de las demás disciplinas se juntan para mostrar sus éxitos y sus logros y ni se les ocurriría presentar todas las experiencias que no resultaron como esperaban. Si bien tenemos nuestros reparos sobre el hecho de pensar en la Educación como la causa y la solución (vaya paradoja) de todos los problemas de la sociedad y a pesar de ver con buenos ojos nuestra “clásica autocrítica docente”, celebramos que en estos encuentros también nos hagamos lugar para compartir aquello que sí nos está funcionando para cumplir con determinados objetivos o para reflexionar sobre los supuestos que subyacen a nuestras prácticas.

La segunda reflexión es que muchas de las “innovaciones” e investigaciones presentadas en el Congreso atrasan 15 o 20 años, probablemente porque la falta de actualización y formación docente constante haga que much@s docentes bien-intencionad@s estén intentando “descubrir la rueda”, por no haber leído la bibliografía actual sobre las ventajas y desventajas de las ruedas.

Ahora sí, nos metemos con las reflexiones más interesantes o más “radiales”, en términos de haber sido abordadas en varios espacios desde diferentes lugares, indicando que son cuestiones centrales del debate actual. La palabra más repetida a lo largo del Congreso no fue “Educación”, ni fue “aprendizajes”, ni fue “docente”, ni fue “docencia”. La palabra más repetida fue: “otro”. Desde este humilde espacio, que pretende semanalmente invitar a la reflexión, nos alegramos profundamente de este hecho para nada menor, ya que consideramos que todo lo que hace a nuestra práctica docente y, por ende, a los aprendizajes de nuestr@s estudiantes está determinado por una cierta manera de construir al otro y de darle al otro “un lugar”. En este sentido, fueron muchos los momentos de las reflexiones en que sentíamos estar en un Congreso de “Antropología Educativa”, por llamarla de alguna manera.

La idea es profundizar estas (y otras) cuestiones y contarles algunos ejemplos de lo discutido en el evento pero para eso (y por una cuestión de "espacio-tiempo") habrá que esperar a la entrega de la semana que viene…

CONTINUARA…

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