martes, 13 de diciembre de 2016

Hasta el 2017! Felicidades!


En esta última entrada del año 2016, queremos saludar a tod@s l@s que nos leyeron durante este año, agradecerles por haberse enganchado con la propuesta, por haber comentado, por haber participado de la escritura (colaborativa) de artículos, por haber compartido sus #CómoAprende, por haber respondido las entrevistas y desearles que pasen unas felices fiestas y que empiecen el año nuevo de la mejor manera.

En Febrero del año próximo, l@s volveremos a invitar a seguir (re)pensando nuestras prácticas con nuevas propuestas y nuevas ideas en este Blog que espera seguir siendo un espacio de encuentro e intercambio entre docentes y estudiantes.

Que el 2017 nos vuelva a encontrar reflexionando sobre aprendizajes y sobre prácticas educativas para seguir (trans)formándonos como docentes preocupad@s por facilitar aprendizajes, cada vez más significativas, en estudiantes, cada vez, más autónomos.

Felicidades les desea asifuimosapendiendo!!!

martes, 6 de diciembre de 2016

Raísa y “la Educación”: de Ciudades, Filosofías y Otredades.


Hace unos meses recibí una interesante propuesta: la colega Marian Ferrarelli (@FerrarelliM), a quien “conozco” a través de Twitter, me propuso participar de la #TransmediaWeek en su proyecto “Visible Cities by Italo Calvino”. La #TransmediaWeek es una plataforma global de eventos comunitarios interconectados que se centran en los aspectos culturales, sociales, políticos, tecnológicos, legales, académicos y comerciales de las narrativas transmedia. La invitación era por demás interesante: escribir un texto sobre algún aspecto de la Educación que me interesara (como la construcción de la otredad) que pudiera ser parte de este proyecto que de alguna manera “visibiliza” las invisibles ciudades de Italo Calvino en tono transmedia.

La propuesta de Marian me motivó y me “convocó” desde varios lugares: primero desde mi pasión por la Educación y por la reflexión sobre la Educación, segundo desde mi profunda admiración por Italo Calvino y por su apasionante libro “Las Ciudades Invisibles” y tercero desde mi convencimiento de la necesidad de escribir(nos), leer(nos) y conectar(nos) para (re)pensar(nos) y (trans)formarnos de manera colectiva.

Así que acepté.

Y me propuse pensar alguna de las ciudades del libro desde mi percepción sobre la manera en que construimos a “los Otros” en el hecho educativo. La primera ciudad en “aparecer” en mi cabeza fue Zenobia pero el excelente “uso” que hizo de ella Lila Pinto, en una inspiradora presentación que recomiendo, me hizo descartarla. Luego de releer (una vez más) esta maravillosa obra, consideré a Ottavia, Olivia y Perinzia. Empecé a escribir sobre ellas pero no me convencían. Hasta que apareció Raísa y las reflexiones que me generó dieron origen al texto que le mandé a Marian, que se publicó en el sitio de su proyecto y que, magníficamente, musicalizó (en “Raísa, una canción”) Stephanie Macchi.

La idea de esta entrada es compartir con l@s lectores de #AsiFuimosAprendiendo, el texto que significó mi humilde aporte a la #TransmediaWeek de este año, titulado Raísa y “la Educación”: de Ciudades, Filosofías y Otredades:

Personalmente estoy un poco cansado de escuchar lamentos sobre “lo mal que está la Educación”. No sólo llueven críticas desde los sectores más diversos (medios de “incomunicación”, organismos de Gobierno, representantes del “mundo del trabajo”, “expertos” en casi cualquier cosa y “opinólogos” en general) sino también desde l@s propi@s docentes (actores fundamentales del “hecho educativo”) que simplifican un problema (evidentemente) complejo con afirmaciones como “los estudiantes no estudian”, “a los estudiantes no les interesa nada” o “los estudiantes no comprenden las consignas”, por citar las menos ofensivas. Para l@s que olvidaron el verdadero sentido de la tarea docente, en la Educación “todo está mal”, porque esa tarea (trans)formadora y emancipadora se volvió una rutina de reproducción de prácticas embrutecedoras, de reproducción de desigualdades y de reproducción de “saberes indiscutidos”, conocimientos estancos, descontextualizados y carentes de significación o relevancia.

Algo parecido ocurría en la ciudad de Raísa, donde “la Vida no es feliz”. En su increíble libro, “Las ciudades invisibles” (título parafraseado en el nombre de esta propuesta Transmedia), Italo Calvino describe a Raísa diciendo que “En las calles la gente camina torciéndose las manos, regaña a los niños que lloran, se apoya en los parapetos del río con las sienes entre los puños, por la mañana despierta de un mal sueño y empieza otro. En los talleres donde a cada rato alguien se machaca los dedos con el martillo o se pincha con la aguja, o mira las torcidas columnas de números en los libros de los comerciantes y los banqueros, o tienen delante las filas de vasos sobre el zinc de las tabernas, menos mal que las cabezas gachas te ahorran miradas torvas. Dentro de las casas es peor, y no hace falta entrar para saberlo: en verano sale por las ventanas el estruendo de peleas y los platos rotos.”

Casi, casi, como lo que (lamentablemente) much@s opinan de “la Educación”: en las escuelas la gente camina torciéndose las manos, docentes regañan a estudiantes que “no cumplen” (y estudiantes –en silencio- regañan a docentes que “no motivan”). Cada mañana (y cada tarde) empieza otro tedioso mal sueño, sabiendo que al día siguiente será igual. Dentro de las aulas es (aún) peor y no hace falta entrar para saberlo: en verano (y en invierno) sale por las ventanas el estruendo de los momentos de “descontrol total” o el horrible silencio de los momentos de “control total”. Como en aquella viñeta del siempre lúcido Francesco Tonucci (en la que le preguntaban a un estudiante ¿qué había “visto” hoy en la escuela? y él respondía “la nuca de mi compañero de adelante”), menos mal que las cabezas gachas (y la nefasta disposición espacial de muchas “estructuras escolares”), te ahorran miradas torvas.

Sin embargo, cuenta Calvino, en Raísa “hay en todo momento un niño que desde una ventana ríe a un perro que ha saltado sobre un cobertizo para comer un poco de polenta que ha dejado caer un albañil que desde lo alto del andamio exclama: ‘¡Prenda mía, déjame probar!’ a una joven posadera que levanta bajo la pérgola un plato de guiso, contenta de servirlo al paragüero que festeja un buen negocio, una sombrilla de encaje blanco que ha comprado para pavonearse en las carreras una gran señora, enamorada de un oficial que le ha sonreído al saltar la última valla, feliz él pero más feliz todavía su caballo que volaba sobre los obstáculos viendo volar en el cielo a un francolín, pájaro feliz liberado de la jaula por un pintor feliz de haber pintado pluma por pluma, salpicado de rojo y de amarillo, en la miniatura de aquel libro en que el filósofo dice: ‘También en Raísa, ciudad triste, corre un hilo invisible que une por un instante un ser vivo a otro y se destruye, después vuelve a tenderse entre puntos en movimiento dibujando nuevas, rápidas figuras de modo que en cada segundo la ciudad infeliz contiene una ciudad feliz que ni siquiera sabe que existe.”

Afortunadamente, en “la Educación” ocurre algo parecido: hay en todo momento un chic@ que desde un banco ríe a un docente que ha preparado cuidadosamente su clase contemplando la individualidad de una estudiante que disfrutó aprender el tema en estudio viendo un interesante video casero que realizó un grupo de entusiastas estudiantes de otra escuela y lo subieron a un blog, motivad@s por una docente que se los propuso luego de hacer un curso virtual de (trans)formación docente, coordinado por una especialista en producción de contenidos multimedia, que lo diseñó junto con un docente preocupado por la construcción de la Otredad en la Educación, que se dio cuenta de que debía involucrarse en su propia (trans)formación y en la de sus colegas docentes, luego de leer (y quedar impactado por) aquel libro de Filosofía de la Educación que dice “También en ‘la Educación’, hecho triste, corre un hilo invisible que une por un instante un ser vivo con Otro y se destruye, después vuelve a tenderse entre puntos en movimiento dibujando nuevas, rápidas figuras de modo que cada segundo ‘la Educación infeliz’ contiene una ‘Educación feliz’ que ni siquiera sabe que existe.”

martes, 29 de noviembre de 2016

Educar es formar buenas personas. (Entrevista a Agustina Frías)


Al igual que en los años anteriores, este año seguiremos con la publicación de entrevistas realizadas a docentes y a estudiantes, como insumos para la reflexión sobre nuestras prácticas y sobre los aprendizajes. Las respuestas de docentes y estudiantes, sujetos directamente involucrados en las prácticas sobre las cuales nos proponemos reflexionar en este Blog resultan fundamentales para profundizar el grado de análisis. Claro que podemos estar de acuerdo o no, claro que podemos disentir con determinadas apreciaciones y reconocer en las respuestas (y en las preguntas) posicionamientos pedagógicos e ideológicos compartidos o no pero de cualquier manera, los relatos en primera persona son siempre insumos de gran valor para construir y (re)pensar nuestros propios posicionamientos. En este caso es un placer publicar la entrevista que gentilmente respondió Agustina Frias *.
 
En sus primeras reflexiones, Agus relativiza la “mera transmisión de conocimientos académicos” y pone el foco en la empatía, en el placer por participar del crecimiento personal de l@s estudiantes y en el recordar(se) en su rol (más o menos lejano) “del otro lado del pupitre”.

  • Agus, ¿Qué es para vos “ser docente”?
  • Es un concepto muy amplio: en mi opinión, no es sólo aquel que se enfoca en transmitirle los conocimientos académicos a los alumnos, y ya. Si su única meta es esa, para mí, ha fracasado. Es alguien que disfruta presenciando y participando en el crecimiento de sus alumnos, como personas, principalmente. Un ejemplo claro se ve en aquellos docentes que empatizan con sus estudiantes: los escuchan, observan, reaccionan si los ven tristes, angustiados. El mejor docente es aquel que recuerda que ha sido alumno, que también ha estado del otro lado del pupitre, que ha sentido, sufrido, reído y también estudiado. El que entiende el valor de los recuerdos que nos llevaremos del aula.

  • Si tuvieras que recomendarle a l@s docentes un libro, una canción o una película que considerás “relevante” para mejorar la práctica docente, ¿qué nos recomendarías y por qué?
  • El documental “la educación prohibida” me pareció muy interesante. También las películas “detrás de la pizarra” y “al frente de la clase” las cuales son realmente muy emotivas.

A la hora de pensar en las características que debería tener un buen docente para ser mejor facilitador de los aprendizajes de sus estudiantes, Agus reflexiona sobre la importancia de transmitir confianza (y no temor), de comprender al Otro, de habilitar (el espacio para) la pregunta y de valorar el esfuerzo, más allá de una nota.


  • ¿Qué características creés que debería tener un docente para ser mejor como facilitador de los aprendizajes de l@s estudiantes?
  • Un docente que transmite confianza y no temor, el que tiene empatía, es aquel que mejor enseña. Es la figura de autoridad, sí, pero no de miedo. Debe ser alguien formado, claramente. Que sepa de lo que habla, sí. Que sea comprensible, también. Pero que sea alguien a quien no se tema preguntar, confesar alguna inquietud, alguien que no te lleve a la desesperación. He visto y he vivido en carne propia la desesperanza de saber que reprobarías todo el año por 0,50, de saber que no habría forma de obtener algo más para aprobar, de llorar con sólo verlo entrar al salón, de sentir rencor y desdén al pasar de año. ¿Eso es lo que quiere transmitirles un docente a sus alumnos? ¿El miedo al error? ¿Cuál es el sentido de condenar a un alumno cuando trata aunque le cueste? Claro que desde nuestro lugar, el compromiso con la materia es fundamental para aprobar. No voy a negarlo. Pero si un alumno se esfuerza y no se le da la oportunidad, o se le reprocha el “no llegar” todo es inútil. No se valorará lo aprendido. Se recordará que fallaste.

  • ¿Podrías relatar un episodio significativo de tu experiencia como estudiante en relación a algún docente o a alguna práctica docente?
  • Lo que más puedo valorar, entre todas las experiencias vividas a lo largo de mis años de secundaria, es el haber podido contar con varios de mis docentes durante una etapa difícil de mi vida personal. Muchas veces me avergonzaba en el aula de mi situación, y muchas veces simplemente el docente daba su clase y ya. Pero hubo algunos que se acercaron a preguntar, a escuchar. Me sentí contenida muchas veces. Si bien no lo apreciaba en ese entonces, hoy en día lo valoro, y por sobre todo, valoro la segunda oportunidad. El no ser vista como “la chica con problemas”, sino como una faceta de la vida que se supera. Y lo siento de verdad. Eso es algo muy importante para mí, porque se fijaron en la persona, sin importar si su materia estaba aprobada con 10, con 6 o aplazada con 3. Era una persona con sentimientos, a la cual escucharon y contuvieron. Hoy en día, ellos son los que más aprecio, de otra manera. Eso es algo que voy a recordar siempre, y no sé cómo agradecer.

Cerrando la entrevista, Agus nos propone pensar la Educación como un ámbito (trans)formador de las personas y destaca la relevancia y la necesidad de una Educación Pública de calidad y para tod@s.

  • ¿Cuáles son y cuáles “deberían ser”, en tu opinión, los objetivos de la Educación?
  • Instruir personas, desde un aspecto más “básico” o “formal”. Analizándolo más profundamente, diría que es el formar buenas personas; fuertes, para proponer, debatir, luchar por lo que deseen. Decididas, para descubrir por sí mismas quiénes son, qué desean en la vida. Por sobre todo, buenas. Educar es formar buenas personas. Con valores que les permitan vivir en sociedad, con ojos escépticos que les permitan ver lo que esté mal y cambiarlo, no mirar para otro lado. Un pueblo educado es un pueblo fuerte. Uno de los peores males es la falta de educación. Personas manipulables, fácilmente engañadas. Quien conoce sus posibilidades puede elegir. Otorga el beneficio de la duda. Crea ambición. Ayuda a crear un “yo” una personalidad, una voz, una opinión, un voto. Es algo más allá de aulas, exámenes y promedios. Es saber dónde y cómo se vive. Es el poder para cambiarlo. La educación pública es, en mi opinión, una de las mejores cosas que puede tener un país, porque ve a todos igual. No importa la condición económica o el origen. No es limitante para crecer, conocer y mejorar. Creo que la educación es el mejor regalo que puede hacer un estado a su pueblo.

* Agustina Frias (@roja_artificial) es estudiante de la Escuela Técnico Profesional en Producción Agropecuaria y Agroalimentaria de la UBA. Se considera una persona insaciablemente curiosa. Disfruta de aprender y conocer cosas nuevas y de vivir experiencias y enriquecerse como individuo. No sabe qué le deparará el mañana. Cree que el mundo está lleno de posibilidades, y simplemente le gusta explorar. El día de mañana le gustaría ser más libre de lo que es hoy.

martes, 22 de noviembre de 2016

Producir subjetividades libres y revolucionarias para comprender entre todxs el sentido del momento histórico que nos toca vivir. (Entrevista a Ariel Genauer)


Al igual que los años anteriores, en este 2016 seguimos con la publicación de entrevistas realizadas a docentes y a estudiantes, como insumos para la reflexión sobre nuestras prácticas y sobre los aprendizajes. Las respuestas de docentes y estudiantes, sujetos directamente involucrados en las prácticas sobre las cuales nos proponemos reflexionar en este Blog resultan fundamentales para profundizar el grado de análisis. Claro que podemos estar de acuerdo o no, claro que podemos disentir con determinadas apreciaciones y reconocer en las respuestas (y en las preguntas) posicionamientos pedagógicos e ideológicos compartidos o no pero de cualquier manera, los relatos en primera persona son siempre insumos de gran valor para construir y (re)pensar nuestros propios posicionamientos. En este caso es un placer publicar la entrevista que gentilmente respondió Ariel Genauer *.

 
Desde el inicio, Ariel plantea la necesidad de tener en cuenta el carácter “profesional” del docente en términos formativos, de capacitación y de responsabilidad, así como la importancia de disfrutar de la tarea de acompañara a otr@s en sus aprendizajes.

·         Ariel, ¿qué es, para vos, “ser docente”?
·         La base de ser docente es disfrutar enseñar. Enseñar es ayudar a otro/a a conocer algo nuevo, a pensar desde una nueva perspectiva sobre algo que ya conocía, a hacer algo por sí mismo/a que antes no podía. Disfrutar atravesar con otrxs esa situación siempre traumática de lanzarse a lo nuevo es la base de ser docente. Pero no lo es todo. Todxs enseñamos y aprendemos durante la vida pero en mi opinión no cualquiera que enseña “algo” es docente. Puede estar asumiendo el rol del/la que enseña pero el/la docente es un/a profesional. Un/a docente reconoce en toda su dimensión la complejísima tarea que lleva adelante y no la subestima, se prepara y asume la responsabilidad.


A la hora de pensar en las características que deberíamos tener l@s docentes para ser mejores facilitadores de los aprendizajes de nuestr@s estudiantes, Ariel piensa en la empatía (y la capacidad de ponerse en el lugar del otro) y en la capacidad de planificar las clases y de destinarle a la planificación (y a la reflexión sobre la planificación) el tiempo que requiere.


·         ¿Qué características creés que debería tener un docente para ser mejor como facilitador de los aprendizajes de l@s estudiantes?
·         Hay muchas características que contribuyen a ser un buen docente. Pienso por un lado en lo que se podría llamar empatía., tratar de ponerse en el lugar del otro, conectarse a nivel humano. Es diferente la relación que se puede dar entre un/a maestro/a y sus estudiantes de primaria, que la de un/a profesor/a de la secundaria y ni hablar en la universidad, pero tratar, dentro de esas condiciones, de conocer un poco a cada estudiante como persona ayuda en la práctica de enseñar. Por otro lado creo que la planificación didáctica es imprescindible. Pensar las clases, pensar los objetivos de la enseñanza que estamos emprendiendo y tratar de pensar con creatividad las clases y los materiales para apuntar a esos objetivos. Creo que en general, en cualquier ámbito de la vida, hacer las cosas bien lleva más tiempo que hacerlas así nomás. Por ejemplo, si me doy cuenta de que la actividad que estoy planeando va mucho mejor con unos cuadros o con unos gráficos pero no los tengo… ¿La puedo hacer igual? Sí, y probablemente salga bien… pero si tengo tiempo la puedo hacer como yo se que va a salir mejor.

·         Si tuvieras que recomendarle a otr@s docentes un libro, una canción o una película que considerás “relevante” para mejorar nuestra práctica docente, ¿qué libro, canción o película nos recomendarías y por qué?
·         Recomendar un libro no sé… diría todo lo que va de Freire a Bourdieu. Una película que vimos con lxs pibxs de secundaria del apoyo este año y me gustó fue “Escritores de libertad”.


Sobre el final de la entrevista, Ariel reflexiona sobre las ventajas de trabajar en “pareja pedagógica” (o en equipos) y, con una cita de Fidel Castro, nos recuerda que la Educación debería ser revolucionaria y debería ayudarnos a tod@s a comprender (mejor) el sentido histórico del momento que nos toca vivir.

·         Si tuvieras que hacer una propuesta de cambio concreto que pudiera aumentar el compromiso, la motivación y la participación de l@s estudiantes, ¿qué propondrías y por qué?
·         Un cambio que estaría bueno implementar, que desde ya no es idea mía (como ninguna de las anteriores que vengo escribiendo) pero me parece interesante, es la idea de trabajar en parejas pedagógicas en todos los niveles educativos. Las personas que participamos de proyectos comunitarios o que trabajamos en proyectos o programas que empiezan y terminan y van cambiando y siempre van surgiendo nuevos desafíos en general coincidimos en que es imprescindible el trabajo en equipo, el poder charlar ideas con otrxs compañerxs, el ida y vuelta que se genera y va dando forma y mejorando la idea primigenia, el juego de roles que se puede establecer, etc. Creo que es difícil (es decir, es un aprendizaje que hay que hacer, no sale “natural” trabajar en pareja pedagógica) pero que puede generar situaciones interesantes.

·         Ariel, ¿cuáles son y cuáles “deberían ser”, en tu opinión, los objetivos de la Educación?
·         Los objetivos de la educación son múltiples y no me parece mal que sea así. Pero en mi opinión el objetivo fundamental siempre debe ser ayudar a producir subjetividades libres y revolucionarias. En el año 2000 Fidel Castro dijo “revolución es sentido del momento histórico”. En distintas etapas y en distintos contextos “revolución” significa diferentes cosas, pero si alguien no es capaz de comprender el contexto en el que vive no puede hacer ninguna revolución de ningún tipo. El objetivo de la verdadera educación debería ser contribuir a comprender entre todxs el sentido del momento histórico que nos toca vivir.
 

* Ariel Genauer (facebook.com/colectivosur) es de Villa del Parque, toda su infancia se la pasó jugando a la pelota en la vereda o en una plaza y toda su adolescencia intentó estar lo más al pedo posible en la misma plaza. Es de izquierda. Siempre prefirió vivir de noche, no sabe lo que es acostarse temprano y odia levantarse temprano. Le gusta hablar mucho aunque con los años está aprendiendo a escuchar un poco más. Siempre quiere tener la razón. Le gusta leer, leyó Rayuela tantas veces que ya ni se acuerda cuántas y leyó muchos libros de Humberto Costantini. Es hincha de River. Estudió 10 años Ciencias Sociales y según los promedios y certificaciones que hace la UBA, sabe mucho sobre el tema. Desde hace muchos años el único día que nunca tiene libre es el sábado.

martes, 15 de noviembre de 2016

Paciencia, carisma, disponibilidad y dedicación para crecer juntos. (Entrevista a Sofía Andaur)


Al igual que en los años anteriores, este año seguiremos con la publicación de entrevistas realizadas a docentes y a estudiantes, como insumos para la reflexión sobre nuestras prácticas y sobre los aprendizajes. Las respuestas de docentes y estudiantes, sujetos directamente involucrados en las prácticas sobre las cuales nos proponemos reflexionar en este Blog resultan fundamentales para profundizar el grado de análisis. Claro que podemos estar de acuerdo o no, claro que podemos disentir con determinadas apreciaciones y reconocer en las respuestas (y en las preguntas) posicionamientos pedagógicos e ideológicos compartidos o no pero de cualquier manera, los relatos en primera persona son siempre insumos de gran valor para construir y (re)pensar nuestros propios posicionamientos. En este caso es un placer publicar la entrevista que gentilmente respondió Sofía Andaur *.


En sus primeras reflexiones, Sofía plantea la necesidad de que l@s docentes seamos personas generosas, dedicadas y pacientes, que estemos dispuest@s a escuchar (y responder) sus dudas e inquietudes y “disponibles” más allá del aula, por ejemplo de manera virtual.

  • Sofía, ¿Qué es para vos “ser docente”?
  • Para mí un docente es una persona que tiene la capacidad de entregar su conocimiento, sus valores y sus enseñanzas de vida a otras personas con dedicación y paciencia.

  • ¿Qué condiciones institucionales facilitan o complican tus aprendizajes?
  • Las condiciones institucionales que facilitan mi tarea como estudiante son las clases de consulta, de repaso, los correos, cualquier medio de contacto que tengamos con ayudantes o profesores que al momento de estar estudiando te sacan de dudas. Yo al momento de estudiar, necesito constantemente la aclaración de todas mis dudas, para poder seguir avanzando. Las condiciones institucionales que complican mi tarea como estudiante son la poco voluntad y pocas ganas de responder dudas e inquietudes a los alumnos por parte de los docentes, me ha pasado que o no me saben explicar o no tienen la paciencia para poder explicarte correctamente.

A la hora de pensar en las caraterísticas de l@s docentes que facilitan sus aprendizajes, Sofía destaca la vocación, el carisma y la sociabilidad.

  • ¿Qué características creés que debería tener un docente para ser mejor como facilitador de los aprendizajes de l@s estudiantes?
  • Las características principales que tiene que tener el docente es la vocación, el carisma y ser sociable, tener ganas de enseñar. La vocación, es lo fundamental, ya que sin ella no creo que tenga sentido ejercer como docente. El carisma y ser sociable facilitan un montón los aprendizajes, ya que se pueden hacer las clases más amenas y divertidas y así el contenido es mejor entendido por el alumno.

Cerrando la entrevista, Sofía resalta el valor que tiene el “contexto” y el lugar en que se aprende algo (por ejemplo, fuera del aula) a la hora de recordarlo y le asigna a la Educación un papel central en el crecimiento y en la (trans)formación constante de las personas.

  • ¿Cuáles de las prácticas, herramientas, estrategias de tus docentes resultaron más exitosas como instrumentos facilitadores de tus aprendizajes?
  • Una de las que mejor me acuerdo, porque me quedo todo muy claro cuando me dieron una clase, dando un recorrido por la facultad. Me acuerdo que estábamos en clases de Química Biológica donde nos fueron contando el ciclo de Krebs y la cadena respiratoria. También hay otra que era más cotidiana, en la misma materia, que era salir al parque que rodea la facultad a resolver dudas y a conversar sobre los cuestionarios pedidos. Eso me ayudó mucho a fijar mejor el contenido y entender mucho mejor el contenido al momento de estudiar, porque me acordaba lo que había pasado ese día.

  • ¿Cuáles son y cuáles “deberían ser”, en tu opinión, los objetivos de la Educación?
  • Para mí, el principal objetivo de la educación es crecer. Crecer como persona, crecer intelectualmente, expandir tu conocimiento, que te ayuda a entender mejor tu vida y tu entorno, conocer gente que tiene los mismos objetivos que tú. Más allá que la educación está impuesta por la sociedad como un derecho, el poder educarte, el poder aprender, en mi opinión es muy gratificante ya que me sorprendo de cada cosa que voy entiendo y lo voy asimilando ya en mi diario vivir.

* Sofía Andaur es estudiante de Veterinaria en la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires. Tiene 25 años y es de nacionalidad Chilena. En estos momentos está cursando la escuela de ayudantes de la cátedra de Química Biológica de la misma facultad.

martes, 8 de noviembre de 2016

“Enganchar” para aprender… y aprobar! (Entrevista a María del Pilar Mayer)


Al igual que en los años anteriores, este año seguiremos con la publicación de entrevistas realizadas a docentes y a estudiantes, como insumos para la reflexión sobre nuestras prácticas y sobre los aprendizajes. Las respuestas de docentes y estudiantes, sujetos directamente involucrados en las prácticas sobre las cuales nos proponemos reflexionar en este Blog resultan fundamentales para profundizar el grado de análisis. Claro que podemos estar de acuerdo o no, claro que podemos disentir con determinadas apreciaciones y reconocer en las respuestas (y en las preguntas) posicionamientos pedagógicos e ideológicos compartidos o no pero de cualquier manera, los relatos en primera persona son siempre insumos de gran valor para construir y (re)pensar nuestros propios posicionamientos. En este caso es un placer publicar la entrevista que gentilmente respondió María del Pilar Mayer *.
 

En sus primeras reflexiones, Pilar plantea lo importante que es que l@s docentes sean capaces de motivar (de “enganchar”) a l@s estudiantes y, pensando en sus objetivos al iniciar una cursada, nos recuerda esas dos caras de la misma moneda que l@s docentes no debemos perder de vista: el aprender y el aprobar!


  • Pilar, ¿Qué es para vos “ser docente”?
  • Para mi, ser docente es aquel que se dedica a enseñar acerca de algún área de la que no sólo esté en tema, sino que también le apasiona enseñar y transmitir a los demás. Si bien ser docente requiere un título, para mi es mucho más que eso. Es algo que se va aprendiendo con los años. No cualquier persona puede lograr “enganchar” a los alumnos al tema al que se dedica, y que además les quede conocimiento.

  • ¿Cuáles son tus objetivos o expectativas de logros cuando comenzás una cursada?
  • Mi objetivo no sólo es el de cursar la materia para aprobarla, sino también poder aprender, y lograr que me interese. Mi expectativa es que, al final de la cursada pueda integrar temas, no solo en la materia que estoy cursando, sino además con temas de materias que ya he cursado. Otra expectativa es poder formar un grupo, en el cual pueda sentirme cómoda y con quienes pueda estudiar, y por supuesto, aprobar la materia para poder avanzar en la carrera.


A la hora de relatar un episodio que haya sido significativo en su trayectoria educativa, Pilar elige una de las primeras cursadas de su carrera en la que una docente la ayudó, la orientó, la motivó, la “enganchó”, la invitó a participar, a debatir y a comprometerse con la clase y con su propio proceso de aprendizaje.


  • ¿Podrías relatar un episodio significativo de tu experiencia como estudiante en relación a algún docente o a alguna práctica docente?
  • La cursada en Química Orgánica. Era mi primer cuatrimestre, por lo que no sabía bien cómo guiarme, por dónde empezar a estudiar. Tuvimos una profesora que, para mi, era excelente. Ella nos ayudó a orientarnos, tanto en la materia, como en las demás. Las clases que preparaba eran casi siempre en donde había debates o en donde nos hacía participar, ya sea pasando a hacer ejercicios al pizarrón, como en un laboratorio a pasar a explicar algún procedimiento. Fue una linda experiencia. Creo que es clave que el docente que esté dando la materia pueda lograr que los alumnos puedan encontrarle la parte “linda” de la materia, o, aunque sea, ayudarte a cómo estudiarla. En la carrera hay materias que nos van a gustar más, y otras materias que menos. Pero si toca un buen docente, a veces ayuda mucho si él/ella logra “engancharte”.
 

Cerrando la entrevista, Pilar reflexiona sobre las (correctas e incorrectas) maneras de utilizar herramientas como el power point o los videos, sobre el impacto (positivo o negativo) que éstas pueden tener en los aprendizajes de l@s estudiantes y sobre los objetivos que tiene (o debería tener) la Educación.


  • ¿Cuáles de las prácticas, herramientas, estrategias de tus docentes resultaron más exitosas como instrumentos facilitadores de tus aprendizajes?
  • Una herramienta que creo importante es de la correcta utilización de los power points. Hay una de las materias que estoy cursando actualmente, en la que el docente dice literalmente lo que menciona en el power; y éstos están llenos de información, lo cual nos “tienta” a copiar tal cual lo que dice el power, y no podemos darle tanta atención al docente que está explicando el tema. Creo que otra herramienta muy práctica es la de mostrar un video acerca del tema dado, antes de finalizar la clase. Creo que es útil ya que es una forma de que el alumno pueda “unir” los conceptos que se dieron, o de terminar de entenderlos. La utilización de un “foro” está bueno, ya que es un espacio en el cual el alumno puede realizar consultas que por ahí no se anima a hacerlas directamente en la clase, o una duda que tuvo al leer sobre algún tema en la casa. Es una forma de “acercarse” un poco más a la materia, y a la clase.

  • ¿Cuáles son y cuáles “deberían ser”, en tu opinión, los objetivos de la Educación?
  • Poder incentivar el proceso de estructuración del pensamiento, de la imaginación, de las formas de expresión personal y de comunicación verbal y expresiva, favorecer el proceso de maduración, lograr que la persona pueda comunicarse, formar grupos, tomar decisiones en la vida cotidiana.
 
* María del Pilar Mayer (@PiliMayer) realizó el secundario en la Escuela de Educación Técnico Profesional de nivel medio en Producción Agropecuaria y Agroalimentaria (UBA). Es estudiante de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA. Actualmente trabaja como preceptora en la Escuela de Educación Técnico Profesional de nivel medio en Producción Agropecuaria y Agroalimentaria (UBA).

martes, 1 de noviembre de 2016

¿Cómo aprende Vera? Interés por aprender, observación y práctica.


En este 2016 el Blog espera, una vez más, incorporar nuevas maneras de reflexionar sobre la Educación y los aprendizajes. Además de las (ya habituales) notas de opinión, de las entrevistas (a docentes y estudiantes) y de los textos escritos en colaboración, queremos seguir (re)pensándonos a partir de textos que reflexionen sobre “cómo aprendemos”.

Como dijimos en entradas anteriores, pareciera ser que much@s docentes creemos (con las mejores intenciones) que debemos ser facilitadores de los aprendizajes y obramos o creemos que obramos (en consecuencia) con el objetivo de que nuestr@s estudiantes aprendan.

Sin embargo, no tenemos muy en claro “cómo se aprende”, qué hacen nuestr@s estudiantes para aprender, cómo hacen nuestr@s estudiantes para aprender en nuestras materias.

Es por eso que nos proponemos darle una vuelta de tuerca a esta reflexión a partir de relatos, en primera persona, que den cuenta de cómo aprendemos o cómo aprenden l@s estudiantes, con el objetivo de ser mejores facilitadores de esos aprendizajes (cada vez más significativos) en nuestr@as estudiantes, cada vez más autónomos. En este caso la reflexión es a partir del relato que gentilmente escribió Vera Zoppi *.

 

Para empezar, Vera contradice a much@s anteriores “colaboradores del Blog” (y a esa idea de que no se aprenden igual contenidos diferentes) y, al hacerlo, confirma que cada un@ aprende a su manera, pero en su caso son centrales la observaciòn y la jerarquización durante las clases: “la verdad es que cuando me pregunté cómo aprendía las materias de la escuela, me di cuenta que aprendo todas de la misma forma, o al menos de forma similar. Aprendo y entiendo los contenidos en clase, observando y escuchando lo que el profesor me transmite. Esto para mi es lo más importante, ya que el docente no solo te entrega el contenido, sino que también te marca lo importante, lo relaciona con otras cosas y, sobretodo, fomenta tu interés en lo que está enseñando. Generalmente durante las clases pienso mucho cuando vemos algo nuevo y lo que hago es anotar contenidos ‘teóricos’ y anotar mis razonamientos al lado, o una explicación simple, porque de esta manera recuerdo todo lo que pienso durante la clase. Esto también es como una ayuda para la Vera del futuro que luego se va a sentar a estudiar”.

Cuando reflexiona sobre sus aprendizajes “no académicas”, Vera reivindica el valor de la práctica e insiste en la relevancia de la observación: “desde que tengo seis años que toco el piano, y aprendí música mediante escuchar y observar. También para aprender un instrumento se necesita práctica, mucha práctica. Yo creo que en mi experiencia con el piano tuve diferentes formas de aprendizaje. Primero, tuve que aprender a tocar el piano, aprender a mover mis manos o a usarlas al mismo tiempo. En esta etapa sobre todo necesite mucho de la guía de mis profesores, ellos me mostraron como se hacía y con práctica constante todo puede lograrse. Actualmente yo ya sé cómo tocar el piano, y como pianista a lo que me dedico ahora es a aprender canciones que me gustan. En esta parte para mí es clave la observación, porque no leo fluidamente partituras. Sin embargo, mediante observar y escuchar atentamente como alguien toca algo puedo aprenderlo tan bien como si tuviese una partitura. Ahora mismo estoy aprendiendo igualmente a leer partituras, pero porque lo considero una herramienta, no porque realmente me interese. Esto es algo que me gustaría remarcar, porque demuestra que no siempre hay una forma de aprender algo, y de formas diferentes se puede aprender lo mismo. La observación es el punto clave de aprendizaje en lo que se refiere en cosas prácticas. En mi caso, la forma en la que aprendo música es en cierta manera muy parecida a como aprendo matemática o física. Observación y práctica”.

Vera nos recuerda el valor que tiene la motivación y el interés y lo importante que resulta que l@s docentes logren motivar a l@s estudiantes (transmitirles la pasión por lo que enseñan) y éstos le encuentren sentido a lo que aprenden y se comprometan con sus propios aprendizajes. También nos recuerda que muchas veces, lamentablemente, no hay un correlato entre aprender y aprobar ya que muchas evaluaciones parecen más enfocadas en “verificar” el estudio que el aprendizaje: “creo que el aprendizaje (o por lo menos, mi aprendizaje) depende del interés que tenga por lo que me están enseñando. Si es algo que me interesa mucho, probablemente lo entienda más rápido, o si no lo entiendo, me esfuerzo mucho más por entenderlo y aprenderlo. Por otro lado, no solo depende de mí interés, si no del interés del docente por lo que hace y de la forma en que lo haga para captar la atención de los alumnos. Por lo menos a mí me pasa que si veo a alguien interesado o emocionado por lo que quiere enseñar me transmite ese interés y quiero saber porque le gusta tanto lo que hace, por más que el tema no sea uno que particularmente me interese. Esta cuestión de interés en mi opinión es lo que causa que no todos los alumnos aprendamos todas las materias. Además, muchas veces uno no se esfuerza en buscarle el interés a algo, porque la escuela no siempre nos exige aprender, pero en cambio nos exige estudiar. Y estudiar algo que no aprendí ni entendí o algo de memoria es fácil en mi caso, por eso personalmente nunca tuve muchos problemas con las materias. Pero no a todos les pasa lo mismo y debido a que generalmente no nos exigen aprender, muchas veces uno aprende, entiende y está súper interesado por una materia y sin embargo no la “aprueba”. ¿Por qué ocurre esto si uno tiene el interés y el conocimiento ya adquirido? Tal vez no estudiaste, tal vez no te llevas bien con la forma de evaluación de un profesor, pero no por eso significa que no aprendiste y muchas veces estamos obligados como alumnos a demostrar nuestro conocimiento de formas que tal vez no nos sirven para expresarnos”.

Finalmente, Vera nos deja una reflexión que le generó la propuesta de colaborar con el Blog (y de contarnos #Cómo aprende), plantea su desacuerdo con algunas (clásicas) definiciones de “aprendizaje” e insiste con la centralidad del interés por (y para) aprender: “esta propuesta me hizo pensar mucho sobre el aprendizaje en general, ya que al principio antes de escribir los textos me pregunté ¿qué es aprender? y lo primero que se me ocurrió fue buscarlo en google. Al buscar esa definición me aparecieron dos significados, el primero es ‘adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio, el ejercicio o la experiencia’ y el segundo ‘retener una cosa en la memoria’. Y luego de escribir todo esto me di cuenta que tal vez no estoy tan de acuerdo con esas definiciones. Yo creo que, al menos en mi caso, aprender está más relacionado con las palabras entender, relacionar, razonar y expresar que con las palabras estudiar y memorizar. También me acordé de todas las veces que aprendí algo que me gusta, o de las veces que me encontré con profesores que me gustaba su forma de enseñar y me di cuenta que es realmente placentero aprender cosas cuando uno tiene interés y el docente también. Si me preguntan ¿cómo aprendemos?, yo diría que todos aprendemos de diferentes formas así que muchas respuestas serían válidas, pero vuelvo a nombrar el tema del interés acá, ya que pienso que justamente el interés es lo que nos incita a todos a querer aprender”.

 

* Vera Zoppi (@verazoppi) es estudiante de la Escuela de Educación Técnico Profesional de nivel medio en Producción Agropecuaria y Agroalimentaria (UBA). Le gusta la política, las series, los juegos de la computadora y considera que casi todo en la vida es bizarro y gracioso. Ama a su piano tanto como ama cantar. Sigue viendo dibujitos aunque tenga 16 años.

martes, 25 de octubre de 2016

Proceso de “maquinalización” intelectual. Por Sabrina Alonso *


Si se busca la palabra “Educación” en un diccionario se puede encontrar algo como “formación destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva de las personas de acuerdo a la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenecen”. Sin embargo muchas veces no hay un balance entre estas cuestiones y por desarrollar más la capacidad intelectual, se desarrollan menos la capacidad moral y la afectiva. Por ejemplo, puede ser que un alumno nunca haga la tarea, hable en clase y le falte el respeto al profesor pero tenga una memoria sorprendente. Y de esta forma, aunque no se dedique mucho a la materia y sea irrespetuoso en clase, obtenga un aprobado. A su vez, quizá haya un alumno que haga las tareas, preste atención en clase y sea respetuoso pero le cueste más y desapruebe. De esta forma se estaría priorizando lo intelectual sobre lo moral.

Algunos profesores enseñan a sus alumnos sin cuestionarse la forma en que lo hacen, sino que sólo lo hacen de la forma en que les dijeron que tenían que enseñar. Todo termina por ser una cadena ancestral de que uno se lo dijo a otro, que se lo dijo a otro y así de forma sucesiva. Y esto llega al punto de no tener sentido. Si cada mañana durante diferentes años el profesor da el mismo discurso sobre la materia, no siempre va a ser efectivo por que cada curso va cambiando en el transcurso de los años, y cada uno tiene diferentes dificultades y expectativas. De esta forma se pierde el verdadero sentido de la enseñanza, convirtiéndose el profesor en un autómata, inmerso en una relación unilateral en la que no se tiene en cuenta a quiénes le está enseñando.

En otros casos los profesores priorizan la memorización a la comprensión de los temas. De forma que los alumnos terminamos por ser máquinas canalizando palabras vacías desde el libro hacia la prueba. Donde después atribuyen un número que no es capaz de representar del todo lo que sabemos o no. ¿Y si justo nos preguntaron lo que no sabíamos? ¿Y si el día anterior se nos murió el gato? Las calificaciones se sitúan en unos puntos aleatorios del tiempo que representan no más que 5 ó 6 de los 200 días del año escolar.

Es cierto que, también hay profesores que dicen evaluar el “progreso”, pero esto no siempre se ve reflejado en la práctica. Supongamos, por ejemplo, que un alumno al que le cuesta la materia y no está entendiendo obtiene un 1 en su primera evaluación. Este alumno puede comenzar a esforzarse el doble al ver el resultado de su examen y progresar. Aunque en los siguientes exámenes obtenga un 6 o un 7 y demuestre haber progresado de una forma exponencial y haber entendido el tema su promedio va a continuar estando desaprobado. De esta forma el profesor puede llegar a terminar por “marginar” a quienes les cuesta la materia y favorecer a quienes tienen más facilidad en el tema o calificaciones más altas. Y puede llegar a ver solo números y olvidar el objetivo en sí: que el alumno entienda la materia. Un objetivo que muchos están olvidando y que es esencial.

Por todo esto creo que estaría bueno que los profesores que no lo hacen puedan intentar probar formas nuevas para enseñar a sus alumnos e indagar qué métodos son los más efectivos.


* Sabrina Alonso es estudiante de cuarto año en la Escuela de Nivel Medio en Producción Agropecuaria y Agroalimentaria de la UBA y tiene 16 años. Baila danza árabe y hace teatro. Le gustaría poder dedicarse a actuar y escribir novelas en el futuro. 

martes, 18 de octubre de 2016

Dedicación, compromiso y pasión del “emisor”, atención, interés y participación del “receptor” y un mensaje: ser mejores personas y hacer una sociedad mejor! (Entrevista a Loreana Pulichino)


Al igual que en los años anteriores, este año seguiremos con la publicación de entrevistas realizadas a docentes y a estudiantes, como insumos para la reflexión sobre nuestras prácticas y sobre los aprendizajes. Las respuestas de docentes y estudiantes, sujetos directamente involucrados en las prácticas sobre las cuales nos proponemos reflexionar en este Blog resultan fundamentales para profundizar el grado de análisis. Claro que podemos estar de acuerdo o no, claro que podemos disentir con determinadas apreciaciones y reconocer en las respuestas (y en las preguntas) posicionamientos pedagógicos e ideológicos compartidos o no pero de cualquier manera, los relatos en primera persona son siempre insumos de gran valor para construir y (re)pensar nuestros propios posicionamientos. En este caso es un placer publicar la entrevista que gentilmente respondió Loreana Pulichino *.
 

En sus primeras reflexiones, Loreana deja en claro que los conocimientos “teóricos” o “disciplinares” son importantes pero que existen otras cuestiones igualmente (o más) importantes, como el compromiso del docente para con su tarea y para con sus estudiantes. También pone en evidencia un aspecto central de la tarea docente: la diferencia entre el hecho de que “el docente enseñe” y el hecho de que “el estudiante (no) aprenda”.

  • Loreana, ¿Qué es para vos “ser docente”?
  • Yo creo que una persona puede saber mucho sobre un tema o varios, ser un especialista, un profesional y tener muchos títulos importantes. Pero nada de eso le confiere la capacidad para poder transmitir todo ese conocimiento a otras personas. Un docente debe poder difundir sus conocimientos, enseñar, explicar con un solo fin: que el alumno aprenda. Se puede ir más lejos todavía, un buen docente no solo se preocupa en que su “mensaje” (por ejemplo, determinada explicación de un cierto tema durante una clase) sea transmitido en su totalidad y de manera correcta, sino que se interesa en que el “receptor” o el alumno interprete o entienda esa información de la mejor manera posible, sin importar cuántas veces tenga que repetir la explicación e interesándose a la vez en la posible devolución que le proporcione el alumno (por ejemplo, una duda). Además, un buen profesor, arma su clase de la manera en que pueda captar la atención del alumno, provocando la participación voluntaria del mismo, creando un interés por la materia y una buena relación alumno-docente. En conclusión, creo que para ser docente se debe estar comprometido tanto con lo que se debe enseñar como con los alumnos, a los cuales transmitir el conocimiento.

  • ¿Cuáles son tus objetivos/propósitos/expectativas de logros cuando comenzás una cursada?
  • Lo primero que piensa cualquier estudiante (casi inconscientemente) cuando comienza una cursada, es aprobar la materia, no tener que rendirla en diciembre y mucho menos en marzo. También, otra de las cosas que hacemos nosotros, los alumnos, (instintivamente) es analizar al docente: averiguamos su forma de evaluar y enseñar, para así estar más “preparados” para sus clases y exámenes. Lo que se espera del docente es que explique bien, que sea claro dando clase, se puedan entender los temas, por más complicados que sean y que las clases no se tornen aburridas ni densas (aunque esto último también depende de los alumnos). Es muy lindo cuando uno se empieza a interesar por la materia (ya sea por la buena disposición del docente, los contenidos de la materia que pueden resultarle muy interesantes al alumno, o ambos) y puede plasmar todo lo que aprendió fácilmente en un papel o utilizarlo quizás en un futuro. Una cursada se vuelve “llevadera” cuando uno no solo estudia para aprobar y “sacársela de encima” sino que también cuando uno se interesa más en las clases y te dan ganas de aprender.

A la hora de pensar en las características que debería tener un buen docente para ser mejor facilitador de los aprendizajes de sus estudiantes, Loreana reflexiona sobre la formación docente y sobre lo que se denomina el “conocimiento específico” (ese “saber docente” o “saber pedagógico”) que l@s docentes deberíamos tener y deberíamos poner en práctica en nuestras propuestas didácticas, aunque le agrega algo fundamental: la dedicación y la pasión!

  • ¿Qué características creés que debería tener un docente para ser mejor como facilitador de los aprendizajes de l@s estudiantes?
  • Para mí, una de las características más importantes que debería tener un docente es la pedagogía ya que por definición esta es la “ciencia que estudia la metodología y las técnicas que se aplican a la enseñanza y la educación”. De este modo, una persona que haya estudiado esta ciencia o bien no necesite estudiarla porque lleva la pedagogía en el alma, sabrá cómo enseñar, cómo se debe dar una clase, de qué manera explicar los temas para que el alumno entienda, siempre tratando de mantener la atención del alumno durante la clase. Yo creo que saber enseñar es muy importante, no solo se puede dar una clase por “saber mucho” sino que la persona debe tener algún tipo de base teórica sobre cómo hacerlo y además la voluntad de querer hacerlo. Saber la teoría es muy importante pero más importante es si se aplica; creo que en cuanto a lo personal, ser un docente requiere tiempo, mucha paciencia y por sobre todas las cosas: dedicación. Los mejores docentes que tuve y tengo, los que más facilitaron mi aprendizaje fueron y son aquellos en los que se notaba que de verdad disfrutaban ejercer su profesión, aquellos que se interesan en que el alumno se comprometa con la materia, preste atención, pueda entender fácilmente y aquellos a los que les importe crear un buen vínculo alumno-profesor.

  • ¿Podrías relatar un episodio significativo de tu experiencia como estudiante en relación a algún docente o a alguna práctica docente?
  • A principios de este año, durante mi primera clase de Bioquímica además de presentarnos y hablar sobre la materia, hicimos una actividad que me pareció muy interesante y me sorprendió en el momento. El profesor nos dijo que escribiéramos en un papel todo lo que creíamos que los demás pensaban de nosotros (sin leérselo a nadie) y poco después nos hizo tirar ese mismo papel a la basura. Nos enseñó que no siempre lo que creemos que los demás piensan de nosotros es verdad y nos dijo también que a pesar de lo que hayamos escrito en el papel, durante su clase podíamos ser quienes quisiéramos ser. Elegí contar este episodio porque me hizo reflexionar, así como también me sorprendió y siento que no me lo voy a olvidar nunca. También, los debates y diálogos que se generan en la clase de Geografía son muy interesantes y creo que muy beneficiosos porque me ayudan a aprender de una manera distendida, amena y sin presiones.

Cerrando la entrevista, Loreana destaca el valor de las herramientas virtuales, de los espacios para plantear dudas o repasar temas, de los momentos para contextualizar los contenidos que se aprenden, de las exposiciones orales a cargo de l@s estudiantes y finaliza con un mensaje más que claro: la Educación debe ayudarnos a ser mejores personas y a construir una sociedad mejor!

  • ¿Cuáles de las prácticas, herramientas, estrategias de tus docentes actuales o pasados, resultan o resultaron más exitosas como instrumentos facilitadores de tus aprendizajes?
  • En mi opinión, las herramientas virtuales (por ejemplo, videos, power points, imágenes, etc) que últimamente se están utilizando bastante, son de gran ayuda porque, por un lado, pueden ayudar a comprender mejor el tema (una imagen o video puede ayudar cuando el tema trata sobre cosas que no se pueden ver a simple vista, por ejemplo), así como también los power points pueden servir de repaso para la evaluación y, durante la clase, son de gran ayuda para identificar los conceptos más importantes. A mí también me resulta muy útil tener clases de repaso o un tiempo determinado de la clase destinado solo para dudas, antes de la evaluación. Una nueva práctica que para mí, no es tan habitual porque la conocí este año son los “warming up”. Durante la hora de bioquímica (un ratito antes de empezar la clase), dos alumnos cuentan o hacen un resumen de todo lo que vimos la clase anterior. Se decide con una semana de antelación quiénes van a hacer el warming up y los dos alumnos se ofrecen voluntariamente. A mí me parece una técnica genial ya que beneficia tanto a la clase (porque uno generalmente se olvida o no se acuerda perfectamente de lo que se vio la clase anterior, especialmente cuando las clases se dan una vez por semana) y a los chicos que exponen (porque a la hora de estudiar para el examen, el tema del que tuvieron que hablar ya lo tienen aprendido). Algo que también me ayuda mucho a aprender y, sobre todo, a fijar los conocimientos es tener clases participativas, en las que haya un intercambio entre los alumnos y el profesor, surjan dudas y los alumnos puedan expresar su opinión o ideas al profesor (y viceversa). Yo creo que establecer un diálogo hace mucho más interesante la clase y hasta irse un poco “por las ramas” también (siempre y cuando se hable del tema de la clase).

  • ¿Cuáles son y cuáles “deberían ser”, en tu opinión, los objetivos de la Educación?
  • Creo que los objetivos de la educación deberían ser la transmisión de conocimientos académicos (y cómo aplicarlos) como de valores que ayuden a ser una mejor persona. Ambas cosas son necesarias para la formación de una persona y deberían ser enseñadas con igual grado de importancia. Por ejemplo, la educación secundaria (teóricamente) tiene como fin preparar a los alumnos para la siguiente etapa: la facultad, prepararlos para ingresar a un mundo completamente diferente a lo que estaban acostumbrados. Pero aunque uno tenga muy en claro cómo y cuándo aplicar el teorema de Pitágoras o sepa analizar perfectamente oraciones bimembres complejas, creo que eso por sí solo no alcanza. Además de transmitir conocimientos científicos, se debe enseñar a los alumnos a cómo ser mejores personas, para construir una sociedad mejor.

* Loreana Pulichino (@lorepulichino) es estudiante de la Escuela Agropecuaria de la UBA y actualmente está cursando su cuarto año. Le apasiona todo lo relativo a la ciencia, así como a la música y lo que más disfruta es estar con amigos.

martes, 11 de octubre de 2016

Una “conexión” que ayuda a “abrir la cabeza”... de tod@s! (Entrevista a Zoe Ziperovich)


Al igual que en los años anteriores, este año seguiremos con la publicación de entrevistas realizadas a docentes y a estudiantes, como insumos para la reflexión sobre nuestras prácticas y sobre los aprendizajes. Las respuestas de docentes y estudiantes, sujetos directamente involucrados en las prácticas sobre las cuales nos proponemos reflexionar en este Blog resultan fundamentales para profundizar el grado de análisis. Claro que podemos estar de acuerdo o no, claro que podemos disentir con determinadas apreciaciones y reconocer en las respuestas (y en las preguntas) posicionamientos pedagógicos e ideológicos compartidos o no pero de cualquier manera, los relatos en primera persona son siempre insumos de gran valor para construir y (re)pensar nuestros propios posicionamientos. En este caso es un placer publicar la entrevista que gentilmente respondió Zoe Ziperovich *.


En sus primeras reflexiones, Zoe caracteriza al docente como alguien capaz de abrir horizontes de pensamiento en lugar de “impartir conocimientos” y de ayudar al estudiante a explotar el máximo de sus capacidades. También reflexiona sobre dos cuestiones largamente abordadas desde este espacio: el (nefasto) rol de “desaprobador” que algun@s docentes creer tener y la diversidad (y heterogeneidad) de nuestras aulas, que nos obliga (o debería obligarnos) a personalizar la enseñanza y las evaluaciones.  

  • Zoe, ¿Qué es para vos “ser docente”?
  • Generalmente consideramos docente a una persona que se coloca delante de una clase y nos imparte conocimientos usualmente teóricos sobre ciencia, arte o música entre otras cosas. Vemos a esta persona como una autoridad, con conocimientos especializados o como alguien que puede hacernos aprender cosas como sumar, restar, leer, entre otras. Pero en mi opinión, el solo hecho de colocarse delante de una clase y hablar sobre los conocimientos que tiene, no convierte a una persona en docente. Un docente es el que puede abrirle al alumno la cabeza, hacerle entender que las cosas van más allá de lo que leemos en los libros, que le muestre sus oportunidades y más que nada que lo ayude. Lo más importante para entender es que el docente no está para desaprobar a los alumnos, ni para intentar hacer que  las pruebas sean lo más difícil posible, ni para buscar la manera de hacer que el alumno se estrese, un buen docente intentará mostrarle al alumno el camino más conveniente para poder acceder al conocimiento, y como no todos los alumnos son iguales, un docente comprometido con su tarea debe, en mi opinión, ver a los alumnos individualmente y no solo observar el desempeño general, porque ¿de qué sirve que un curso tenga la mayor parte de los integrantes aprobados si hay un alumno no pudo aprender o entender un tema? Desde mi punto de vista no es necesario un título universitario o terciario para ser docente, pero si es esencial el compromiso, las ganas de enseñar y la constante búsqueda de nuevas y innovadoras formas de darle al alumno herramientas para que no solo aprenda, sino también para que pueda aplicar esos conocimientos en su vida y utilizarlos para afrontar las dificultades que pueden y que van a ir apareciéndole a medida que crece.  

  • ¿Cuáles son tus objetivos/propósitos/expectativas de logros cuando comenzás una cursada?
  • Cuando empiezo una cursada, como la mayor parte de la gente espero aprender nuevas cosas, pero también espero tener nuevas experiencias. Estos dos últimos años esperé que algún profesor pudiera mostrarme una materia o un tema nuevo que me resulte de interés, algo que de gusto aprender y estudiar. Espero a su vez encontrar nuevas formas de aprender día a día y poder darle respuesta a preguntas que tenga. Un momento que supongo todos esperamos es cuando podemos de alguna forma conectarnos con el docente y con nuestros compañeros en el aula, y poder terminar el año sabiendo mucho más, teniendo un mayor entendimiento sobre las cosas que aprendimos, finalizar satisfechos y que todo el estudio que pusimos durante el año valga la pena.  

A la hora de pensar en las características que debería tener un buen docente para ser mejor facilitador de los aprendizajes de sus estudiantes, Zoe prioriza el gusto por la tarea docente, el compromiso, la paciencia, la voluntad y la capacidad de “conectarse” (¿vincularse?) con l@s estudiantes, por sobre el conocimiento de determinada disciplina y nos recuerda la importancia de estar atent@s a aquell@s estudiantes que más dificultades tienen en el aprendizaje de determinados contenidos para poder ayudarl@s a interesarse, motivarse y, finalmente, aprender. 

  • ¿Qué características creés que debería tener un docente para ser mejor como facilitador de los aprendizajes de l@s estudiantes?
  • La característica más importante que tiene que tener un docente, es que le tiene que  gustar su trabajo y tiene que poder conectarse con sus alumnos, muchas veces vemos docentes que saben mucho sobre el tema que enseñan pero que no les gustan los adolescentes o no saben cómo interactuar con ellos. Cuando un docente no se compromete con la enseñanza es bien sabido que los alumnos tampoco lo harán. La función del docente es acompañar al estudiante en cada paso que da, hasta que logre entender los temas. Esto muchas veces puede llevarle tiempo al alumno, por lo que un docente debe tener paciencia, ya que si no la tiene muchas veces puede terminar haciendo que el alumno se sienta mal consigo mismo por no entender los temas con tanta facilidad como otros. Un docente que busca nuevas formas de interesar a los alumnos, de encontrar que es lo que les interesa y relacionar esto con la materia, es en mi opinión un docente que tendrá éxito en su tarea de enseñar y acompañar al estudiante. Muchas veces los docentes dejan de lado a los alumnos que no muestran interés, a los que no aprueban o los que no se comprometen con la materia, cuando en realidad es a los que más tienen que dedicarse, deben encontrar una forma de hacer que se interesen. Muchas veces los profesores nos incentivan a aprendernos las cosas de memoria por lo que al día siguiente ya nos las olvidamos, cuando en la actualidad con solo sacar el celular podemos encontrar millones de respuestas a las preguntas que nos planteamos o resoluciones a nuestros problemas, por lo que en mi opinión, aunque algunas situaciones hay que saber las cosas de memoria o tenerlas en nuestra base de conocimientos, en otras necesitamos saber cómo y qué buscar, por lo que los docentes deben ayudarnos a aprender esto. Como conclusión afirmo que las características principales que un docente debe tener para facilitar nuestra enseñanza son, compromiso, paciencia, voluntad, sabiduría y saber innovar, querer mejorar y utilizar todas las herramientas que estén a su alcance para brindarle al alumno una experiencia educativa agradable y significante. 

Cerrando la entrevista, Zoe nos invita a “escuchar más a los alumnos”, a relacionarnos más con ell@s y a pensar con juntos la mejor manera de enseñar(les) algo o, en realidad, la mejor manera de ayudarl@s a que lo aprendan. También nos recuerda que la Educación debe igualar oportunidades y lograr en l@s estudiantes una autonomía que les permita tomar sus propias (y fundamentadas) decisiones para que nadie las tome por ell@s. 

  • Si tuvieras que hacer una propuesta de cambio concreto que pudiera aumentar el compromiso, la motivación y la participación tuya y de tus compañer@s, ¿qué propondrías y por qué?
  • Yo les propondría a los docentes que escuchen más a los alumnos y que tengan en cuenta sus intereses, que les pregunten que les interesa, que intenten relacionarse más con ellos para encontrar juntos una forma de enseñar los contenidos. En mi opinión muchos docentes deberían dejar de explicar lo básico y dejar que los alumnos estudien el resto solo y remplazar esa técnica por una que implique más compromiso, que se base en apoyarlos y acompañarlos, explicarles cada duda que tengan y esperar a que entiendan todo antes de tomarles la evaluación. A su vez creo que es importante que todos los docentes tomen recuperatorio, porque ¿de qué sirve que un estudiante pueda aprobar la materia habiendo aprobado un tema y no otro? Utilizando esta técnica los alumnos tendrían una chance de ver que es lo que no entendieron y otra oportunidad de aprenderlo porque lo importante no es aprobar, es aprender.
  • ¿Cuáles son y cuáles “deberían ser”, en tu opinión, los objetivos de la Educación?
  • El objetivo clave del sistema educativo debería ser formar ciudadanos como seres que puedan pensar por sí mismos, que puedan defenderse, analizar las distintas situaciones y tomar las decisiones que consideren mejores, sin que nadie las tome por ellos. Enseñarles a colocarse frente al mundo como una persona independiente, con una mente abierta, comprensiva, con amplios conocimientos en distintas áreas que los ayuden a resolver problemas a los que tengan que enfrentarse. Brindarles a los estudiantes posibilidades para su futuro y hacer que todas las personas tengan las mismas oportunidades.
* Zoe Ziperovich es estudiante de cuarto año de la escuela agropecuaria (UBA) y le gustaría en un futuro estudiar medicina, psicología o algo relacionado con la neurociencia.